@yierva
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23 Febrero, 2016 a las 6:55 am #3138
A lo que ere refiero @lecontrefacteur es a lo que han señalado de pasada tanto @romansuarez como @paolarochonherrera, es decir: ¿hasta qué punto la explotación infantil en el caso que presentas es responsabilidad de la tecnología o de las compañías y no más bien depende de ciertos regímenes de explotación sobre los que las compañías se montan? En el caso que nos presenta Román, el sistema manufacturero, y Paola señala que la explotación no es exclusiva de las compañías de tecnología. Lo que afirmo es que los regímenes de explotación infantil parecen no identificarse a las compañías de tecnología ni a la tecnología por sí misma.
Y afirmo que la acusación es débil porque fácilmente se puede decir que el uso de material usado en la fabricación de un aparato tecnológico es independiente del mismo material, la fabricación del aparato tiene otra lógica que la del aparato mismo. Y si su fabricación implica muerte, no así el aparato.
La cuestión aquí es cómo atacar esos regímenes de explotación y muerte sin endilgarlos a la tecnología. Creo…
22 Febrero, 2016 a las 6:07 am #3127Pues quisiera participar en este debate, @paolarochonherrera, @karlaalday y @urielhernandez, recordando una concepción del derecho natural que no requiere una naturaleza humana ni que remite a la distinción con el derecho positivo. Se encuentra emparentado con la posición de Calicles que recordó Karla. Es la de cierto pensamiento anarquista que remite el derecho al simple poder o fuerza de los individuos. La formulación más clara, creo, está en el autor Étienne de la Boétie, en su libro: De la servidumbre voluntaria. Dejo acá un fragmento:
“Es el pueblo quien se esclaviza y suicida cuando, pudiendo escoger entre la servidumbre y la libertad, prefiere abandonar los derechos que recibió de la naturaleza para cargar con un yugo que causa su daño y le embrutece. A ser necesario un gran esfuerzo para recobrar la libertad, no fueran tan vivas y justas mis reconvenciones. No hay cosa más dulce para el hombre que reponerse en su derecho natural, o por decirlo mejor, de bruto pasar a ser hombre. Con todo, no exijo de él tanto arrojo, acepto que prefiera no sé qué seguridad viviendo en la miseria a la dudosa esperanza de vivir a su antojo. ¿Acaso no se consigue la libertad con sólo desearla? Y si basta un simple deseo, ¿qué nación habrá en el globo que aún la considere demasiado cara, pudiéndola obtener con sólo quererla? ¿Habrá voluntad a que repugne el recobrar un bien tan precioso aún al precio de su sangre y que una vez perdido, toda persona de honor no soporta su existencia sino con tedio y espera la muerte con regocijo? A manera que el fuego de una pequeña chispa se hace grande y toma fuerza a proporción de los combustibles que encuentra, y con sólo no darle pábulo se acaba por si mismo perdiendo la forma y nombre de fuego sin necesidad de echarle agua; así los tiranos a quienes se les sirve y se adula cuantos más tributos exigen, más poblaciones saquean y más fortunas arruinan, así se fortifican y se vuelven más fuertes y frescos para aniquilarlo y destruirlo todo; cuando, con sólo no obedecerles y dejando de lisonjearles, sin pelear y sin el menor esfuerzo, quedarían desnudos y derrotados, reducidos otra vez a la nada de que salieron. Cuando la raíz no tiene jugo bien pronto la rama se vuelve seca y muerta.”
20 Febrero, 2016 a las 9:30 pm #3126Gracias por el debate @lecontrefacteur. Me parece ineludible el día de hoy discutir estos temas. Creo que de principio nadie querría que su aparato o su vida tuviera muerte como transfondo. Pero para plantear bien la cuestión yo primero me pondría a revisar la forma en que se presenta el problema en la nota -incluso en la Amnistía internacional. Es que el problema con su planteamiento es que acusan a las grandes compañías casi de ser responsables de la explotación de los niños. Y si bien no defiendo a esas compañías, lo que me parece cierto es que esa acusación no es sostenible. La explotación o esclavitud infantil parece no poder endilgarse a las grandes compañías. Incluso si se les acusara de usar material producto de explotación infantil la acusación es muy débil.
Pues la cuestión aquí no es que esas compañías usen ese material fruto de sufrimiento, sino la de cómo parar ese sufrimiento.
Por otro lado, ¿realmente es posible decir que nuestros aparatos están salpicados de sangre? ¿La tecnología perdería su valor por ello?
15 Diciembre, 2015 a las 1:39 pm #2846Mi aportación a este debate, antes de ser de discusión o análisis, será el de compartirles un blog en el que se comparten obras de arte, digamos, con su traducción a emojis. Es decir, son obras de arte en las que se insertan emojis. 😉
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You must be logged in to view attached files.11 Diciembre, 2015 a las 8:29 am #2820Dejo acá un texto del Comité invisible sobre el tema.
21 Noviembre, 2015 a las 10:56 am #2716Y yo propongo el texto de Susan Buck-Morss Pensar el terror. Pueden leerlo en línea acá.
18 Noviembre, 2015 a las 10:02 am #2696Hola @rosendoarenas, ¿por qué el semanario no debería o no tendría que publicar esa portada?
17 Noviembre, 2015 a las 12:14 pm #2678Gracias por el foro @paolarochonherrera. Creo que esa discusión se ha llevado a cabo como el deber o derecho de injerencia de un estado en otro estado. Y recuerdo una discusión interesante de un filósofo llamado Cornelius Castoriadis con el grupo MAUSS sobre la cuestión.
Castoriadis defiende que la cultura griega le ha legado a Occidente el carácter de debate en las instituciones políticas, sostiene que ninguna otra cultura ha defendido o instituido en sus formas de vidas las maneras democráticas. Él afirma que ésta es la mejor manera de lo político hasta ahora. Así, siempre que se le pone la cuestión de qué hacer con esas formas de gobierno regidas por morales donde se excluye y lastima a ciertos grupos de la población, él siempre afirma que se trata de una paradoja para Occidente: aceptar la diferencia en la forma de vida de los pueblos o tratar de modificar sus formas de vida interviniendo en sus políticas para dirigirlos a otras formas de relaciones más justas.Y acá pongo parte de una entrevista que le hicieron en 1993 llamada “El proyecto de autonomía no es una utopía”
JW: Para concluir nos puede dar su opinión sobre el “derecho de injerencia”, usted que bien señala la importancia del reconocimiento de la alteridad del otro al nivel individual en el contexto de su proyecto de autonomía?
CC: El problema es bastante complejo. Usted conoce la famosa frase de Robespierre: “Los pueblos no aprecian a los misioneros armados”. Nadie puede poner en duda que la situación es terrible en muchos países del Tercer Mundo en los que los intentos de implantar ya sea el “socialismo” que el capitalismo liberal han fracasado. En Somalia y en Etiopía, el resurgimiento de los enfrentamientos étnicos sin límite. En India, masacres recíprocos entre Hindúes y Musulmanes; en Sudan tentativa del Gobierno Islámico de imponer por la fuerza la ley islámica a las poblaciones cristianas y animistas del sur; en Afganistán, caos sangriento; en algunas repúblicas de la ex- “URSS”, regreso al poder de los comunistas después de masacrar a los opositores; despiadadas guerras étnicas en el Cáucaso, en donde, en particular en la ex-Yugoslavia, etc. Nadie puede quedarse indiferente ante esas monstruosidades. Nosotros pensamos, y justamente, que algunas significaciones creadas en y por nuestras sociedades y nuestra historia – respecto a la vida y a la integridad corporal, derechos del hombre, separación de lo político y de lo religioso, etc. – tienen, por derecho, una validez universal. Pero es trágicamente claro que esas significaciones son descartadas por sociedades –o por estados- que corresponden (en número, RM) quizás a las cuatro quintas partes de la población mundial y que las ilusiones liberales y marxistas de la difusión universal “espontánea” de esos valores esta por los suelos. ¿Podemos y debemos, imponerlos por la fuerza? ¿Quién y de qué forma las impondrá? Y ¿quien tiene el derecho moral de imponerlas? La hipocresía de los gobiernos occidentales a éste respecto es flagrante. Los Estados Unidos han intervenido militarmente en Panamá, o contra Irak porque había ahí intereses específicos en juego –poco importa de qué naturaleza- pero están opuestos a toda intervención en Haiti. El caso de la ex-Yogoslavia es horrible y esta a nuestras puertas; desde hace más de un año, no se hace más que parlotear al respecto. También en ése caso, se discute y se envía la “ayuda humanitaria”. Pero si una crisis comparable estallara entre Rusia y Ucrania ¿se hablaría de ingerencia? En el momento en el que hablamos, en Sudan la guerra conducida por el Gobierno islámico del Norte para imponer la charia a las poblaciones no islámicas del Sur, continua. Esa es en gran medida financiada por Irán (que financia igualmente a los integristas egipcios y magrebíes). ¿Por qué se pierde el interés en las atrocidades del gobierno sudanés? Porque el Islam es un bocado demasiado grande, porque está el polvorín del medio-Oriente y el petróleo. Los derechos del hombre son sistemática y cínicamente violados por China, Vietnam e Indonesia (exterminación de una parte importante de la población de Timor), la Birmania. ¿Se va a proceder a la “ingerencia”? ¿Qué sería ese derecho que castigaría a algunos entre los pequeños ladrones y dejaría en paz a los grandes gánsteres? Yo pienso que el “derecho de injerencia” es un eslogan típicamente kouchneriano1.
JW: ¿En el bueno o en el mal sentido?
CC: En el sentido koucheriano del término17 Noviembre, 2015 a las 11:40 am #2677Gracias por el foro @romansuarez. Pongo acá el texto completo de Butler Marcos de guerra. Las vidas lloradas.
Y les comparto una imagen del texto “La política que está por llegar” del filósofo francés Alain Brossat. Loq ue sostiene Brossat es que en el mundo contemporáneo, la “guerra contra el terrorismo” tiene les sentido de una justificación estatal para llevar a cabo actos de muerte.
Compartí el texto completo también… 😉
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You must be logged in to view attached files.5 Noviembre, 2015 a las 5:15 pm #2629Recuerdo la discusión con @juanalarcon y @karlaalday. Yo sólo pensaba allí, @sebatianlomeli, era, a contrapelo, en que casos donde la higiene podría convertirse en algo ético. Lo pregunto porque normalmente lo higiénico es usado en contextos en los que se intenta llevar a cabo control sanitario estatal.
Por caso comparto este fragmento de un texto del filósofo mexicano José Vasconcelos llamado “Campaña contra el analfabetismo”. En donde lo primero que debían enseñar los profesores a los alumnos era hábitos de higiene. Y yo preguntaba: ¿para qué?
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You must be logged in to view attached files.28 Septiembre, 2015 a las 10:52 am #2269Gracias por abrir el debate @romansuarez
De hecho este tema me apasiona. Un autor que me fascina por la forma en que tata el tema es Julien Offray de la Mettrie que en El hombre máquina discute la idea de una sociedad donde desaparezca el castigo institucionalizado y que sea solamente el dolor que sientan los que hicieron algo más el castigo que merecen.
Otro autor que me gusta mucho en esto es Jean-Marie Guyau que tiene un texto llamado Esbozo de una moral sin sanción ni obligación donde postula eso: una moral sin castigo.
😉
25 Marzo, 2015 a las 8:32 am #1727Esa es la idea María. Puedes comentar y discutir lo que desees en los debates. 😀
1 Marzo, 2015 a las 11:15 am #1666Les dejo una de las últimas notas de la cuestión: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/28/actualidad/1425078203_006843.html
23 Febrero, 2015 a las 9:30 am #1659Pues a mi lo que me llama la atención es el ejemplo que pone @miriam8a, pues ¿cómo sabríamos que se trata de comportamiento moral la relación que entabla un cristiano con un homosexual? ¿O se trataría de hipocresía (http://es.wikipedia.org/wiki/Hipocres%C3%ADa)? ¿La hipocresía es una conducta moral?
16 Febrero, 2015 a las 12:33 pm #1650 -
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